Los equipos formativos: infantiles, juvenil, intermedia
y junior donde la educación del joven ciclista es lo más
importante.
Estos jóvenes que han elegido el ciclismo porque tienen
una predisposición física y mental para realizar este
deporte de competición, donde se someten a constantes
pruebas que muchas veces agotan su capacidad de
asimilación de la presión que se les acumula con la
de los estudios.
Situación a tener en cuenta para no echar más leña
al fuego.
Estas reflexiones sirven para cualquier deporte en la
fase de formación.
Dando por sentado que los que no compiten y practican
cicloturismo no sufren ningún estrés, esta actividad no
presenta ningún efecto secundario, la filosofía
cicloturista se refiere al disfrute de la bicicleta, del entorno,
de la salud, de la amistad, del medio ambiente, del paisaje
y del turismo.
LA FUNCIÓN DEL DIRECTOR
El director de equipo y los padres tienen que
complementarse, sin contradicciones, respetando
el desarrollo del deportista el plano físico y mental.
Los niños hasta los 16 años no terminan su
desarrollo físico y las niñas hasta los 14
aproximadamente ya que ningún individuo es igual.
La técnica, se debe hacer mucho hincapié en la
mejora del entrenamiento de los relevos, de la
colocación en el pelotón, de la técnica de los abanicos,
enseñarles a bajar con seguridad y demás temas
relacionados.
La motivación permanente del joven, cuando
no consiga estar con los mejores hay que animarle
a que continúe aprendiendo técnica y mejore su
preparación física.
Objetivos acordes a sus posibilidades. Los
esfuerzos físicos deben de realizarse solamente
cuando su organismo esté predispuesto, nunca se
debe acumular fatiga física ni psicológica en estas
edades.
Es una edad muy sensible, para el futuro
de la ciclista ya que está en una fase de aprendizaje
que le marcará su futuro carácter.
Este periodo es de vital importancia porque se
forjan los cimientos de la persona, lo que se aprenda
en esta época va a ser fundamental en cuanto a
comportamientos, para avanzar adecuadamente
o para posibles frustraciones e incluso pudiendo
llegar a aborrecer el deporte por un exceso de estrés.
Trabajo en conjunto, no se debe fomentar la figura
de un solo líder dentro del grupo, se debe favorecer la
rotación de oportunidades.
A veces el entrenador es asesor deportivo y director de
equipo, si no fuese así las tres partes deben trabajar
conjuntamente.
La competición, se debe de tratar como un juego,
como un entretenimiento donde no pasa nada por no
conseguir ganar, ni obtener un buen resultado, realizando
lo que está al alcance de cada uno.
Un éxito es simplemente una pequeña mejora de una
actuación anterior.
Lo importante no es ganar, es un error que se
fomente en la ciclista que lo importante es ganar,
que no vale ser el segundo.
Los ciclistas que están acostumbrados a ganar todo
desde jovencitos no saben asumir la decepción del
mal resultado, con toda probabilidad se dará nada
más pasar a la categoría Sub. 23 donde compiten con
ciclistas élites mucho más mayores que ellos, más
desarrollados físicamente y con mucha experiencia.
Saber perder, es lo primero hay que aprender
en el ciclismo, en el deporte en general y en la vida,
algo que resulta complicado por todos los mensajes que
recibimos del modelo social de hoy en día basado
en la perfección.
El entorno es fundamental para quitar importancia
a las derrotas.
Saber ganar, las victorias se soportan perfectamente,
pero hay que tener cuidado porque si se consiguen con
mucha facilidad se pueden descuidar factores
fundamentales para el éxito futuro como la capacidad
de trabajo y de sacrificio.
Se debe tratar del mismo modo una derrota como
una victoria.
LOS PADRES
No deben interferir en la táctica del grupo aunque
les parezca errónea, deben de dejar que sus hijos se
equivoquen, que aprendan con el método ensayo-error,
nunca contradecir ni desvirtuar los métodos del director
de equipo porque es su profesor de ciclismo y mira
por todos.
El padre que da una indicación diferente a su hijo,
le desestabiliza emocionalmente ya que le va a hacer
traicionar a sus compañeros al ir libre.
Deben de ser cómplices del director deportivo en lo referente
al trabajo en conjunto.
Cuando eres júnior ya debes de saber que hay que ayudar
al líder que se lo ha ganado en la carretera:
“hoy por tí mañana por mí”.
Los estudios, no permitir que deje de estudiar
o que no apruebe sus cursos escolares, porque sus
resultados deportivos son tan buenos que creen, padre,
director e hijo, que podrá vivir profesionalmente
del ciclismo.
A un joven de 16 a 23 años no se le debe hipotecar su
futuro de esta forma, ya que se puede entrenar, competir
y estudiar hasta en la categoría sub. 23 y élite.
Hay que animarles a completar una carrera universitaria.
Los PATROCINADORES
Dan continuidad al ciclismo profesional,
nutriéndoles de ciclistas sin recibir nada.
Debemos de valorar a las personas y a las entidades
que dedican su tiempo y los fondos para que existan
estos equipos de base, cuando su publicidad es mínima,
sin embargo, realizan un bien social.
Los padres deben valorar el trabajo que efectúan los
responsables de estos equipos de categorías inferiores
y damas, que asumen la responsabilidad de tener en sus
manos a menores, llevarles a las competiciones durante
muchos días al año, de darles material deportivo,
de encargarse de buscar apoyos para afrontar los
gastos que conllevan.
Daniel Gutierrez